jueves, 30 de mayo de 2013
LA COJERA DE ROMUALDO
Estos días he estado bastante
atareado con las dichosas ocupaciones que me acarrea el cargo de secretario de
la comunidad de mi casa y por si fuera poco con esta carga, también tuve otro gran pesar en mi cabeza
debido a que mi amigo Romualdo, el gato, ha tenido un fortuito percance y el
pobre andaba muy cojo; tanto que casi necesitaba muletas pues la patita
izquierda trasera no la apoyaba nada en el suelo. Este amigo mío es muy frecuente
verlo con mataduras por el cuerpo debido a que es un tanto pendenciero y el tema de las “faldas gatunas“ le consumen la salud y la vida.
Desde hace varios años, los meses
de enero y febrero que son los propios
del cortejo para este gremio, es raro verle sin secuelas de las peleas que
tiene a diario con los rivales a base de arañazos y mordiscos por disputarse la
posesión de las guapas mininas que por allí deambulan. Para mí que, Romualdo, tiene
hábitos musulmanes pues de lo contrario, no se entiende cómo puede tener tantas
esposas o novias; no sé exactamente lo que serán, pero seguro que las
tendrá en calidad de: esposas, novias, queridas y hasta de conocidas simplemente.
Todas las mañanas que salimos de
paseo por la mañana, normalmente cuando llegamos a los aposentos del minino, él sale a nuestro encuentro para recibir el
desayuno. Sin embargo el otro día al llegar al punto convenido entre él y
nosotros, el amigo no acudió a la cita; cosa extraña por otro lado pues, dentro
de lo que cabe, suele ser bastante puntual exceptuando, como ya he dicho, el mes de febrero que es cuando anda
continuamente de luna de miel. Al ver que no venía le llamamos insistentemente
por su nombre: Romualdo, Romualdín…y nada; hasta que al cabo de un rato oímos
unos maullidos lastimeros a lo lejos y
después de intentar localizar de dónde procedían los “quejíos”, de pronto vimos
asomar unas orejas negras a lo lejos que despuntaban en medio de la yerba del
campo y como él no hacía intención de acercarse a nosotros, rápidamente barruntamos
que algo no iba bien. Al llegar a su lado comprobamos que el pobre Romualdo
estaba muy cojo y no paraba de maullar y de mirarnos con ojos tiernos. Yo
haciendo gala de las clases de ganadería recibidas en el bachillerato laboral le
palpé la pata de arriba hasta abajo y comprobé que no la tenía deformada, ni
rota, ni fuera de su sitio, aunque sí
muy dolorida, a juzgar por los maullidos que el sufrido Romualdo emitía durante
la auscultación.
Después de pensar un rato, antes de
emitir el diagnóstico para que éste no fuera muy desacertado, deduje que
Romualdo habría tenido un posible tropiezo con alguna de las muchas bicicletas que
circulan por el carril bici, que discurre próximo a sus pertenencias. Tal que,
después de consolarle un poco y viendo que el apetito aún lo conservaba intacto,
le dejamos tranquilo comiendo la tarrina
con sabor a trucha y salmón, para que
descansara ya que allí estaba muy bien camuflado entre la yerba que estaba muy crecida, con una altura suficiente como para taparle por
completo, incluidas las puntas de las orejas.
Transcurridos como dos días la
pata lastimada no mejoraba gran cosa y Romualdo apenas se movía del sitio; parecía
el pobre un inválido. Elena ante esta imagen tan mermada del sagaz animal, hizo
uso de las dotes que todas las mujeres poseen como sanadoras y dijo: a este
gato hay que darle a tomar paracetamol que es un antiinflamatorio muy bueno, para
que le alivie los dolores. Y dicho y hecho. Al día siguiente en la tarrina de la comida para gatos que le
suministramos para desayunar, le hicimos previamente en casa varios cortes en
los que le trufamos el polvo de media
pastilla del medicamento de marras con propiedades antiinflamatorias milagrosas.
Y así dos días más. Al tercero, cuando mordía la torta medicada, ya miraba a
cada poco para nosotros como diciendo: no sé porqué me da, que me estáis dando gato por liebre, pero poco
a poco se la fue engullendo. Y, afortunadamente, esta mañana de hoy jueves, nos encontramos con
un Romualdo alegre y vivaracho que, prácticamente ya apoyaba por completo su
patita mala en el suelo. Nosotros encantados de verle ágil y contento para que
pueda atender a todo su harén como es
debido. Estoy decidido a sugerirle al
laboratorio que elabora este medicamento, que bien podría fabricar una adaptación de este fármaco para gatos pues, a Romualdo le ha dejado como nuevo.
Pero lo que se dice nuevo, nuevo. ¡¡¡Miau, miau, miau…!!!
B. G. G. , bloguero “Prior”
miércoles, 29 de mayo de 2013
HASTA LOS GORRIONES ACUDEN A LOS SEMÁFOROS
Foto tomada de la página web del ABC
Hasta qué punto estaremos afectados por la crisis, que hoy he visto un
detalle muy revelador, significativo y curioso. Estando esperando en un paso de
cebra de los que están semaforizados, es decir: de los que el muñeco aparte de
cambiar de color, también indica el
tiempo que el peatón debe esperar hasta
que le den paso de nuevo para cruzar la
calle, y que en este caso marcaba concretamente, 73 segundos. Y aunque éste sea
un periodo de tiempo breve, hay veces que si llevas prisa, los 73 segundos te pueden parecer una espera larguísima; con lo cual, para aliviar un poco la demora siempre intentas
buscar algo alrededor de ti donde distraer la vista. Si fuera el caso de
nuestro genuino bloguero “Jesusín”, ya
sabemos todos lo que pretendería ver, pero en mi caso y en ese momento al menos, no fue así.
La verdad sea dicha que yo no
tenía excesiva prisa y en el instante que alcancé el borde de la acera esperé
pacientemente a que el semáforo agotara los 73 segundos y cambiara a verde.
Durante ese intervalo de tiempo he visto que al otro lado de la calle había un
gorrión posado en el bordillo de la acera, tan tranquilo, como si nada. En cuanto
el semáforo se puso rojo para los coches se detuvo al pie del paso un turismo que traía quitada
la rejilla o calandra del frente delantero y por lo tanto se le veía parte del radiador
del motor que estaba repleto de insectos pegados de los que impactan
con el vehículo cuando éste va en marcha.
Cuál sería mi sorpresa al comprobar que el
simpático gorrión, que estaba posado en el bordillo junto al coche, no estaba
allí de más por estar, no; estaba a la espera de que se detuviese algún coche pues, nada
más hacerlo este primer vehículo, el atrevido gorrión miró para el frente del motor
y sin dudar un segundo se coló para dentro del hueco de la rejilla y comenzó a
picar los mosquitos calentitos que estaban pegados al radiador. En cuanto
valoró que aquello se podía poner en marcha de un momento a otro, se salió a toda prisa y se volvió a posar tan
tranquilo en el bordillo a la espera de que el semáforo volviera a obligar a detenerse
a otro proveedor de comida rápida. Ante este comportamiento tan valiente y
atrevido por parte del gorrión, me quedé parado sin cruzar la calle, para comprobar si cuando se
volviese a cerrar el semáforo y se detuviesen nuevamente coches, el gorrión volvía a hacer lo mismo. Y así fue. Tal que, nada más ver
esto por segunda vez dije para mí: este pájaro está abonado a este paso de
cebra pues sabe que aquí no le falta comida y por eso se pasa las horas de
mayor tráfico rodado, picoteando los frentes delanteros de los coches que se detienen
obligados por el semáforo.
Esta segunda vez le llegó un todoterreno
bastante alto, que tenía el frente del motor
tapado como corresponde, pero en la celosía de la rejilla había tres o cuatro
avispas pegadas y aplastadas, dos de las cuales pasaron al estómago del gorrión
en un santiamén. Este osado comportamiento del pájaro me ha hecho mucha gracia
y luego pensando sobre ello me di cuenta, de por qué el pajarillo había
escogido este semáforo y no otros de calles próximas. Yo pienso que era simplemente porque este semáforo regula la
entrada de los vehículos que llegan a la
ciudad procedentes de largo recorrido, con lo cual la posibilidad de que el
coche traiga carga pegada es mucho mayor que en los coches que solamente callejean
por el interior de la capital, que pocos insectos pueden traer pegados consigo. Otra
actuación que me admiró de este urbanita e inteligente pájaro, fue la prisa que se daba en recoger el condumio en cuanto se detenía
el vehículo a su lado, porque sabía que si tardaba más de lo debido se
arriesgaba a tener que tirarse en marcha o ir a parar a La Bañeza como cerca, sin pretenderlo.
Desde hace varios años en los
semáforos de las entradas a las ciudades, sobre todo en verano, suele haber grupos de personas que se empeñan a toda
costa, hasta aburrirte, en limpiarte (embadurnarte más bien) el parabrisas del
coche a cambio de una propina, pero debido a la crisis tan tremenda que hay, ahora les ha salido competencia pues en estos
momentos me consta que hay gorriones que
hasta te limpian el frente del radiador en unos instantes y tan solo a cambio de unos mosquitos aplastados
y resecos; con la particularidad de que estos pequeños personajes alados y callejeros, son rapidísimos a la hora de prestar el servicio y
no dejan huella alguna.
Estos audaces pajarillos todos
sabemos que se han acostumbrado de tal forma a la presencia del hombre que
apenas le temen y por eso son tan arrojados.
Yo los tengo visto meterse dentro de algunos bares cuando están las puertas
abiertas de par en par, y pasearse tan
tranquilos por la base del mostrador, en
presencia de los clientes, para buscar restos
de comida. Y también los he visto atreverse,
como los de la foto, a posarse hasta en
las mesas de las terrazas para picotear
las migas de los cruasanes que dejaban los comensales, incluso sin haberse
levantado estos de sus sillas; pero ponerse en los semáforos a despegar los
insectos achicharrados que llevan los coches en su parte delantera, como hacen
los rumanos con la limpieza de los parabrisas, nunca lo había visto hasta hoy.
Como para que luego algunos miembros
del gobierno se empeñen en decirnos que ya se comienzan a ver brotes verdes. Ni
verdes ni negros: crisis total. Como diría un “catalá”: “la cosa está cada día
más fotuda”. Si no, que se lo pregunten a los pardales leoneses (aquí en León a los gorriones se les llama
pardales) que para poder comer, no les ha quedado otro remedio que echarse a la carretera.
lunes, 27 de mayo de 2013
VIAJE A JAPÓN/ÚLTIMO CAPÍTULO
A la vuelta de Kyoto tuvimos que
cambiar de hotel pues el de Sinagawa no disponía de habitaciones para esas
fechas. Estaba un poco más hacia el centro de la capital junto a la Estación de Hamamatsuchō, en Minato-Ku, distrito donde se encuentran la
mayoría de las Embajadas y algunas de las más importantes empresas
preferentemente del automóvil y la electrónica. La estación se encuentra debajo
del que en su día fue el mayor rascacielos de Tokio, el World Trade Center. De este distrito parte la línea Mono Rail que
lleva hasta el Aeropuerto de Haneda. Justo al lado de la estación hay un pequeño parque con un estanque lleno de tortugas. No muy
alejado está lo que pudiéramos denominar “la milla de oro” en el barrio de Ginza. En la
calle principal se encuentran todas las tiendas de moda electrónica y joyería
que uno se pueda imaginar porque aquí también hay diferencias de clases
sociales como en todos los lados. Los días de fiesta la calle está cortada al
tráfico hasta las 6 de la tarde, lo que facilita el paseo
Muy cerca se encuentra la Tokyo Tower, que se
construyó hace ahora 50 años y quisieron imitarla a la Torre Eiffel. Tanto que
mide unos ocho metros más que la francesa. Originalmente
se ideó para la transmisión de televisión, pero con el cambio de la televisión
analógica a la Digital Terrestre se
encontraron con el problema que la altura de la Torre no era suficiente para
soportar la TDT en toda la zona.
La solución fue construir la Tokyo Sky Tree de 634 metros y que es edificio de comunicaciones mas alto de todo Japón.
Tokyo Tower
Tokyo Sky Tree
Ocho estaciones de Metro al oeste
se encuentra Shinjuku, importante centro comercial y administrativo, cuya estación de tren es
la más transitada del mundo con más de 3 millones y medio de pasajeros diarios.
Aquí también se encuentra la Sede del Gobierno Metropolitano de Tokio
(Ayuntamiento), una torre que a partir del piso 33 se convierte en dos que
suben hasta la planta 48. Como casi todos los grandes rascacielos también un
ascensor te pone en las plantas superiores donde hay dos miradores panorámicos desde
donde podrás contemplar la ciudad.
Foto tomada de la red
Yokohama Landmark Tower
Bahía de Yokohama
Vista del MonteFuji desde Yokohama
Como
colofón a la visita japonesa nos acercamos hasta Yokohama, la segunda ciudad
más poblada de Japón con casi 6 millones de habitantes, con la idea de pasear
por la Bahía pero el día no era el más
apropiado para ello pues vientos de hasta 60-70 Kilómetros por
hora nos lo impedían, so pena de que el carricoche donde viajaba Mateo saliera
volando niño incluido. Ello no impidió subir hasta Yokohama Landmark Tower, el edificio más
alto del Japón de 70 plantas y casi 300 metros de altura. En la 69 a la que un ascensor te
pone en solo 42 segundos prácticamente sin enterarte, hay un observatorio donde
se contemplan panorámicas espectaculares de la Bahía y en días despejados se
aprecia perfectamente el Monte Fuji y los grandes rascacielos de Tokio.
"EL PAPEO"
Para los occidentales pienso que los más complicado, dejando
el tema del idioma aparte (pocos hablan más que japonés), es cuando de darle
gusto a la pituitaria se trata. Puedes encontrar restaurantes japoneses por
supuesto, chinos, indios, pakistaníes, coreanos, mejicanos, italianos, hamburgueserías…
y hasta algún español, uno de ellos muy cerca del hotel que ocupamos tras la
vuelta de Kyoto y que estaba situado un poco más hacia en centro de Tokio. Eso
si, nadie hablaba español aunque la carta si lo estaba con lo cual solo tenías
que indicar con el dedo lo que querías comer.
En los bajos de algunos grandes rascacielos hay zonas donde
puedes encontrarte restaurantes de distintos estilos. El local cuenta con unas
máquinas donde eliges lo que ves a comer, metes el dinero de lo que cuesta, te
da un ticket que llevas a los mostradores donde te dan un artilugio similar a
un mando a distancia de os que abren los portones que cuando el plato esté
preparado emitirá un pitido para que te acerques a buscarlo. Todo muy
mecanizado.
De todos modos en casi todos los restaurantes tienen la
muestra en el escaparte. Es un replica exacta de cada plato pero en silicona,
con lo cual te facilita mucho el entendimiento con los camareros. Estos
japoneses están en todo.
Aquí no hay platos de cuchara, salvo una sopa servida en un
bol, que lleva todas las verduras que os podáis imaginar y una especie de
fideos parecidos a los espaguetis, que comen con los palillos y luego beben el
caldo pues no es mal visto que uno
agarre el plato o el bol y lo acerque a la boca para que no se te caiga nada.
Es difícil encontrar un restaurante donde tengan pan (ahí me
dieron en toda la cresta porque el pan es uno de mis mejores manjares). Su
ración de cereal va en el arroz que comen a todas horas, no en vano es el
segundo cereal más cultivado en el mundo detrás del maíz. Junto al arroz casi
todos los platos llevan cerdo o pollo generalmente rebozado y algunas veces
acompañado de un huevo, todo ello servido en un bol y con abundantes especies
que afortunadamente sirven por separado. Las ensaladas como podéis apreciar en la imagen también se comen con los palillos
Ensayando con los palillos
Para poder comerte un buen entrecot de buey hay que buscarse
alguna franquicia generalmente americana o australiana donde te sirven un buena
carne y muy bien preparada en parrilla. En algunos lugares tienen patatas
fritas de las de verdad.
Algún goloso y no apunto a nadie en concreto, me preguntará
por los postres. No hemos observado que después de comer en los restaurantes se
tome postre o café. Donde si hemos visto y probado alguno fue en cafés especializados donde te puedes
encontrar manjares como los que ilustran
la foto. Puedo dar fe y no soy goloso que estaban de chuparse los dedos.
Envidia para los golosos
En cuanto a los vinos, caros y regulares de calidad solamente. Mucho
Cabernet de California, Chile, Argentina o Australia y algún español de la
Mancha o Valencia. En tiendas puedes encontrar bastante oferta de Bodegas de la
denominación Burdeos pues desde hace ya bastantes años los japoneses son unos
de los principales compradores de los caldos franceses, preferentemente de la
zona de Margaux. Eso si, tanto en restaurantes como en tiendas bastante caros.
Bueno como casi todo.
Se que algunos os estaréis preguntando por los pescados y el
famoso Sushi. A decir verdad como no soy nada amigo de los pescados no
le presté mucha atención. A Conchita le gusta el pescado, pero eso comerlo
crudo…. como que no.
Y tras quince días en tierras del lejano Oriente el "Narita Exprés" no devolvió al Aeropuerto camino de la normalidad Occidental.
domingo, 26 de mayo de 2013
ASENTAMIENTOS ROMANOS
La gran mayoría de las ciudades que tuvieron una presencia
romana prolongada, es archisabido por todos del persistente patrimonio que guardan
bajo su suelo, gracias a los abundantes vestigios que nos ha legado esa gran civilización
en todos los asentamientos que construyeron, que durante siglos dominaron y que vivieron en ellos. Transcurridos muchos
siglos después de su presencia en estos lugares, un buen número de sus monumentales
obras aún siguen en pie y se conservan
en perfecto estado gracias a su firmeza y robustez de origen y también a un mantenimiento
posterior adecuado, pero las hay que, a pesar de tener una inteligente y
perfecta ejecución, también se fueron
cayendo y se fueron quedando tapadas y
sepultadas tanto por el paso del tiempo, como por los cambios y avatares que
las ciudades fueron sufriendo, según los diferentes ocupantes invasores que les
fueron llegando.
En el caso de León, como Mérida o Astorga, por poner un ejemplo, es tremenda la riqueza patrimonial que existe bajo
el suelo de estas ciudades, por la
abundante presencia de este tipo de restos arqueológicos, que nada más levantar una baldosa en cualquier parte de la ciudad, ya aparecen indicios
muy valiosos, los cuales se deben respetar, valorar y tener en cuenta; pero desgraciadamente,
como el proceso para catalogarlos y
tomar decisiones al respecto, es lento y engorroso, la mayoría de las veces el
constructor teme encontrarse con algún rastro de este tipo porque ya sabe que
de momento se le paralizará la obra con el consiguiente trastorno para él y
para la propiedad, tanto por la demora en la ejecución, como por las dificultades
técnicas añadidas para poder llevar adecuadamente el avance de las diferentes trabajos
en el plazo previsto.
Las fotos que encabezan esta entrada corresponden a un
asentamiento romano de los siglos I y III DC, situado en las inmediaciones de
Puente Castro en León, que está al lado mismo de la capital y que fueron descubiertos con
motivo de la construcción de un vial para dar comunicación y acceso a un barrio de reciente construcción,
llamado Polígono de la Lastra, con la Ronda Sur. En una campaña anterior de
prospecciones que tuvo lugar en el 2001, precisamente con motivo de las obras
de la Ronda Sur, se localizaron además cuatro viviendas, una de ellas de planta
basilical. En estas catas se recuperaron numerosos utensilios
médico-quirúrgicos, lo que hace suponer que la villa era tan importante que
tenía hasta galeno. Entre las monedas, cerámicas y objetos rescatados en el yacimiento,
destaca una espectacular gargantilla de oro y azabache que actualmente está
depositada en el Museo de León.
El caso es que este asentamiento romano, Ad Legionem,
también llamado “Vicus”, cuando se descubrió por completo ya tenía la obra al
lado mismo pues estaba construido hasta el viaducto que cruza el río Torío y
que dista menos de doscientos metros de dicho asentamiento. En el momento que
se pusieron al descubierto estos restos
de construcciones romanas, se paralizó por
completo la continuación de la obra y se quedó a la espera de que los
organismos competentes decidiesen qué se hacía con el valioso hallazgo arqueológico.
Después de muchos planteamientos para abordar este problema
de una forma coherente, que resultase lo
más consensuada posible por los políticos y con el mínimo rechazo por parte de
la sociedad, sé que se han barajado distintas soluciones: desde proponer desviar
el trazado del vial o pasarlo por encima
de los restos en viaducto, hasta optar por sepultarlos de nuevo y que la obra
discurriese como estaba prevista. Hasta llegar a un acuerdo por parte de los
organismos involucrados, la paralización fue de varios años pues lleva del
orden de diez años el barrio en espera
de este acceso, permaneciendo durante
todo este tiempo mal comunicado, y sin solución alguna, ya que deben ponerse de
acuerdo entre ellos demasiada gente: Ministerio de Fomento, Junta de Castilla y
León, Patrimonio artístico, Ayuntamiento, Diputación, diferentes Asociaciones culturales etc. En
septiembre Promonumenta organizó una marcha de protesta por los yacimientos
abandonados, que partió, precisamente, de Puente Castro. Esta asociación, así
como vecinos de Puente Castro ya pidieron hace meses la declaración de BIC
(bien de interés cultural) para unos restos que son únicos en el noroeste de
Europa y están relativamente bien conservados.
Tal que después de la paralización de la obra durante casi una
década, ahora parece que se han puesto la mayoría de los organismos de acuerdo
en cortar por lo sano y de una vez por todas han decidido tapar todo el
asentamiento romano con un geotextil para proteger las diferentes construcciones,
que mediante catas realizadas de forma
manual, se habían puesto al descubierto, para cubrirlas de nuevo con capas de arena, bolas de hormigón reciclado y tierra vegetal hasta
igualar todos estos huecos con la cota del terreno natural del entorno, y sobre esta superficie ya podrá discurrir el trazado
del vial como había sido proyectado en
un principio. Así, si dentro de siglos interesase volver a sacar estos
vestigios a superficie, se tiene la
garantía que seguirán en buenas condiciones pues, gracias a esta capa de protección los
restos no tienen porqué ser afectados por las cargas que le pudieran transmitir, tanto el tráfico rodado como el
peso de la propia carretera.
Esta solución no es ni la más sabia ni la más acertada después
de haber esperado tanto tiempo, pero parece que no quedaba otro remedio pues,
como el viaducto ya estaba construido, este elemento suponía un punto fijo a respetar.
Por lo tanto, para dar continuidad al puente hacia la
Ronda Sur, la alternativa más viable y
económica es construir el tramo de vial que falta por encima de los restos
romanos como estaba previsto en el proyecto original. Ahora bien, a todo esto yo me pregunto lo siguiente: ¿qué
clase de técnicos tenemos en algunos
departamentos de los organismos oficiales que, en este caso concreto y
en otros muchos, las investigaciones geotécnicas
y arqueológicas previas llevadas a cabo a lo largo de la traza de esta
carretera, no han sido capaces de detectar a su debido tiempo, la presencia
de estos restos arqueológicos de gran valor que, si fuesen advertidos en su momento, se hubieran podido respetar
perfectamente, proyectando el vial por otro lado de forma que no les afectase para nada, sin tener que ahora optar
por volver a taparlos y dejarlos bajo tierra como estaban desde el siglo III D C?
En estas otras dos fotos vemos el proceso de acondicionamiento
de los restos y el vertido de tierras llevado a cabo sobre el asentamiento romano,
para facilitar que sobre esta singular
plataforma de terreno discurra el futuro tramo de carretera, sin que éste cause
mayores daños en los restos arqueológicos.
B. G. G., bloguero “Prior”
sábado, 25 de mayo de 2013
“JASUSÍN”, TOU’L DÍA D’ACÓ P’ACUTSÓ
Nestus mumentus pillais-me traspeitau
del tou purque taba quitandu lus faragachus de lus dumingus que acabu de chegar
de la Vicha, purque vulvienun a chamá-me
pur dous veces nada menus, esas demonios de las dintistas, que na más alcurdá-me
detsas, pongu-me tou tsarizudu y’amurniau de la tserza que m’entra. Loutru día
mandanun-me ricau por un vicín que foi a tou miter a Cangas a buscar al
vitirinariu pa la xatina roxa que hinchou-tse que dios nus tsibre, duna fartura
que cuchiu d’alfalfa muchada, ya dixenun-tse esas mucheres que son vicinas del
vitirinariu, que m’avisara pa que baxara
you sin falta pa tumá-me las mididas. Pula mañena bien ceu, apenas risca’l día, tsevanteime pa deixa’l
ganau cebau y’arreglau. Una ve que despachei na corte, subí pal cuartu ya tsavuquei-me
un poucu na palancana ya de pasu curteime
lus touzus de las barbas que faía una muntunera días que nun m’afeitaba ya tinía unas serdas nu caretsón cumu las del
xabaril. Espueis, tumei una escudietsa de tseite caliente cunun curtezu de pan
migau, ya escapau cuchí el tractor ya
p’abaixu a tou miter. De pasu, una vez que taba na Vitsa, fixe algunus ricaus
ya echei tamién unus sacus de piensu pa las pitas ya pa lus xatus; na druguería de Miliu cuchí unas pastietsas de
xabón Tsagartu pa tsavar la roupa ya unas caxas de vinenu pa lus ratus. Onde
Antón tumei unus chanqueirinus cunas patacas, ya cuchí un garrafunín de vinu pa casa.
Na más chegar ou las rapazas
estas de la dentame, taba aquetso atestau de xente. You asperei nel cabeiru la
sulana un ratucu bonu, ya pur fin saliu una detsas cuna menifalda pula metá lus cadriles ya
dixu: -¿Jesusín el Pelgar? –Nesi mumentu
you cuntestei-tse: sí, aiquí, aiquí toi. –Pasa, pasa pa dientru. Na más entrar sentanun-me
nesa cousa tsarga que tienen etsas ya escomenzanun a riíse, peru nun gurgutaban
parula. You catsaba la bouca ya escuitaba. Riíme tampoucu pudía, purque
astoncias veisi-me que nun tengu dentame apenas, ya que toi furón del tou. Nuna
destas acercouse la murenona cun una
petsa na manu duna cousa blanda cumu si fora farina muchada pa la tsavaza de
lus gochus, ya díxu-me que la mitiera na
bouca ya que cincara bien lus caniles. You fixe lu que etsa me dixu pero al
mumentu entránun-me unus gómitus del demioniu ya escupiceitse-la fora. Etsas al nutar que me daban aquetsas
arcadas tan grandísimas mandanun-me salir pal curredor, ya dixenun-me que
tumara un poucu l’aire ya unus papadinus d’augua a ver si me pasaba. Al cabu
dun ratucu que ya taba you más serenu, intentanun-lu outra ve. Asina ya tou, miánicas pinsei riventar cun aquetsa cousa
blanda que me chenaba la bouca d’afeitu, cumu si fora una petsa de manteiga dura. Deixanun-me asina cun
el pegotsu dientru la bouca un ratau, ya
cuandu taba a puntu de gumitá-lu sacanunme-lu. Nun sei que siñales deixarían lus mious caniles naquetsa pasta,
purque agora quedánun-me na bouca solu dous aguichones tsargus y’afilaus cumu
escambrones. Ya pur si fora poucu, téngulus unu a cada tsau: unu d’arriba y’al outru d’abaixu. Paecen lus
dientes dun engazo viechu. Tamién me dixe-nun estas mucheres que you tinía bona
encarnadura purque curanun-me escapau tulus fracus que me quedanun nas encías espueis de sacá-me lus caniles que
taban floxus. You cuntestei-tses que asina yera, purque na más que me mancu u
me faigu mataduras cuna ferramienta trabachandu, escapau sanan-me.
Agora dixenun-me que dientru dun
mes, apruximau, que ya tendrían la dentame feita ya que vulvirían a chamá-me pa
prubame-la. Hasta que me la tengan bien axustada nun puedu tsapar na más que
tseite migada cun pan que nun tenga muitu
curtezu, ya papas de maíz. Anque de papas ya toi fartu abondu: cenu-las todas
las nueites. You nun sei si serei a faeme cunus caniles novos. Sei que hai
xente que nun lus aguanta. You si nun m’apañu faerei cumu’l tíu Avaristu que tsevaba la
dentame envuelta nun panulón nu bolsu la
chaqueta ya solu lus punía cuandu cumía la capietsa de las fugazas del pan al escumencipialas que tse gustaban muitu. Ya
na casa, na más acabar de xantar quitába-lus ya mitia-lus outra ve pal panulón aquel de cuadrus azules ya blancus, cumu
lus que gastaban lus ferreirus, que taba
tou cheno de cotra, de mucarrius ya de
faraguchas de pan.
Estus días d’atrás que baxei a la
consulta destas rapazas, cumu nun me tumbanun nel cacharru ese tsargu que
tienen que paez la bacita lus gochus nun pude agüetsa-tses bien l’aspetera pul cristal del teitu cumu
loutru día. Lu que sí tses ví estus días fuenun las panturritsas que las cundenadas tienen-las bien murenas ya bien rullizas; tienen unas perneconas cumu falcas
de rebotso. Minudas xatas que tan feitas las duas. Cumu son xóvenes tuvía, toi
pur apustar que a etsas nun tses duelen lus caniles cumu a min, ni nada pur agora. Cuandu cheguen a lus anus mious,
astoncianas será outru cantar.
La víspura de San Isidru, tandu you
asperandu onde estas mucheres, paeciume agüechar entre la muita xente
que atsí había, a un rapazón chamau Manulu que de nenu tamién tuvu cunus flairones nu cunventu Corias. Nun toi muitu siguru, peru paeciu-me que yera de alredor de Cangas
purque falaba muitas cousas de La Criolla, de La Macarena ya de La Victoria de cuandu
se faían las ferias del ganau na Veiga. Peru este rapaz nutei-tse que nun riparou
en min pa nada, nin fixu casu miou; y’astoncianas
nun diva you a dici-tse delantre de tous: ¿nun me cunuces oh?, soy Jasusín el Pelgar. Tamién pudía cuntestá-me que él cun pelgares cumu you, nun quiría tratu nenguno. Quedar, quedeime
cuna gulisma de chamá-lu. Pa outru día que lu vuelva agüechar, chamu-lu cumu ta
mandau. Miánicas que sí.
OCIO AL SOL
No existen
novedades
en el actual
referente,
si acaso
curiosidades,
sencillas e
intrascendentes.
Si son las
fechas de asueto,
“todo
incluido” o IMSERSO,
los días son
diligentes
con un buen
clima presente.
Padezco una
fijación
de bondad y
horas de sol,
que va
creciendo a la par
que me
aproximo a mayor.
Por no ser
contradictorio
con
enraizado sentimiento,
buscamos un
territorio
de fiel
“seguro” de tiempo.
ISLAS CANARIAS
Citadas en
tiempo antiguo
“al borde de
lo desconocido”,
recreación
fue de mitos
y variable
el nombre a ciclos.
Campos
Elíseos llamadas
por el gran
poeta Homero,
dónde héroes
se albergaban
tras
abandonar su cuerpo.
Al principio
de esta Era,
en la época
romana,
Plinio las
referenciaba
como Islas
Afortunadas.
Bien
emergentes en mitos
o de La
Atlántida vestigios,
contemporáneos
o antiguos
las estiman
prototipo
de un Edén o
un Paraíso.
TENERIFE.
Hay en la
elección acierto
y con la
anuencia debida
recalamos en
esta isla,
dónde el
Teide toca cielo.
Como todos
conocemos
se llaman
sus naturales,
los guanches
o chicharreros
además de
tinerfeños.
Volcán
sagrado de guanches
y por ellos
definida
como “Isla
del Infierno”,
por la
erupción desmedida
del magma de
sus adentros.
A esta isla tinerfeña
le llegan en
competencia
vientos de
clara influencia
que
sellan naturaleza.
El “siroco”
africano
que cuando
llega mezclado
al área sur
de esta isla
con el polvo
sahariano,
es caliente
y abrasivo
y denominan
“calima”.
Del norte,
la otra mitad,
goza para el
bienestar
de los
“alisios” vientos
empapados de
humedad
que dan
lugar a las lluvias
y a un gran
verdor tropical.
Como emblema
de esta isla
y en su
centro emergida
está la
cima del Teide
que en cono
al éter hiende.
Yacen a sus
pies dos rocas,
la obsidiana
y la olivina,
muy usadas entre otras
de ornamento
y joyería.
En Las Cañadas del Teide
se
estratifica una “tarta”,
con
seguridad deleite
para
técnicos del magma.
La base de
este volcán
es un vivero
singular
para la
endémica flora
que de forma
natural
sólo en
Canarias brota.
Crece “rojo el tajinaste”
como el
“rosal del guanche”,
rompiendo el
solar agreste
bajo un
cielo azul celeste.
Como en toda
sociedad
actual o
primitiva,
hubo horas
de oscuridad
que
ennegrecieron la isla.
Cuenta algún
historiador
que en la
aborigen población
nacía
demasiado hombre
y de mujeres
el doble.
Al carecer
de alimento
y los
poblados creciendo,
en consulta
todos juntos
cambiaron
sus Estatutos.
Tomaron la
decisión,
de matar a
las mujeres
que en
adelante naciesen,
con una sola
excepción,
las de los
primeros partos
a fin de que
esos vientres
preservasen
la nación.
LANZAROTE
Es de este
vergel canario
la “isla de
los volcanes”,
por tanto
fiel escenario
de los
cercanos desmanes
de los
magmas derretidos
hasta hace
unos dos siglos.
Se llaman
lanzaroteños
y en
coloquio “conejeros”
los
naturales isleños
que vieron
luz en sus pueblos.
Los
aborígenes “majos”
repoblaron
de conejos
sus áridos y
baldíos llanos
para ayudar
los sustentos.
De ahí
señores blogueros
que les
nombren conejeros,
prestando a
Fuerteventura
su inherente
“majoreros”.
Es ficticio
imaginar
al Lanzarote
actual
sin que se
cite y explique
quién es don
César Manrique
nacido en su
capital,
la aborigen
Arrecife.
Fue escultor
y arquitecto,
pintor y
artista de ensueño
y autor de
grandes diseños
en los
espacios abiertos.
Los Jameos
del Agua,
Lago de
Costa Martianez
y Centro
Comercial La Vaguada,
son sólo
algunos ejemplos
de sus
grandiosos proyectos
integrados
en terrenos.
Resaltar de
los Jameos
los
diminutos cangrejos,
que
endémicos y ciegos
son albinos
y pequeños.
Comentar del
Timanfaya,
con sus Montañas
del Fuego
o la
Montaña Rajada,
que es de
visita obligada.
Investigando
su clima
su humedad y
la calima
y las
cenizas de su lava,
muy interesante
es ver
el cultivo
de las viñas
con planta
en cono clavada.
Y aquí doy
fin a este rollo,
que amén de
serio y flojo
es miscelánea
de todo.
viernes, 24 de mayo de 2013
ESTAMPAS MADRILEÑAS
Nada más escribir el título me doy cuenta del error, este
título tiene que ver más con el folclore, y ahora pretendo escribir algo sobre
la cruda realidad cotidiana. Una realidad, además, no circunscrita a Madrid; lo
correcto sería Estampas españolas, pero
esto son disquisiciones que no vienen al caso.
Las estampas a las que pretendo referirme son esas que
ofrecen infinidad de agencias bancarias, cerradas, víctimas de su glotonería y
excesos, dando cobijo, en los antiguos rumbosos portales, a sus propios
desahuciados. Cubiertos por cartones y una triste manta yacen muchos de los que
no hace muchos años cubrieron de créditos y engaños.
No solo los soportales de los bancos sirven de alojamiento
al ejército, en incesante incremento, de desheredados. Además de los socorridos
puentes de toda la vida, más céntricas, se ofrecen las sedes de distintos organismos
institucionales, cerradas, en demasiadas ocasiones, sin hacer distinción entre
lo superfluo y lo imprescindible. Ayer mismo caminando por la calle San
Bernardo pude ver la alambrada con la cual han protegido el entorno de la
antigua sede del Principado en Madrid, refugio hasta hace pocos días de muchas
personas que ya no tienen donde ir. Esos mismos que por la noche vemos revolver
los cubos de la basura en busca de algo para comer.
Caminamos por la calle, los que aún somos afortunados, con
las manos en los bolsillos entre lo que ya va siendo un mar de manos tendidas.
Manos, la mayoría de ellas alejadas de cualquier picaresca ilustrada por el
lazarillo, expulsadas de su trabajo, de su medio y razón de vivir.
También, cada día con mayor frecuencia, se encuentra a
mujeres de manos encallecidas y abrigo raído pidiendo vergonzosamente una
moneda, su marido en el paro hace años, sus hijos sin trabajo, y el portal que
ella limpia no da suficiente para comer.
No exagero nada, tampoco pretendo ser melodramático, son
estampas cotidianas del Madrid de hoy. También de otras muchas partes.
Personalmente estoy
en contra del sistema de limosnas como institución, me parece denigrante tanto para
quien las da como para quien las recibe. Nada solucionamos con dar unas
monedas, aunque en ocasiones las demos, más allá de perpetuar la miseria.
Limosna nada tiene que ver con solidaridad. En teoría
debiera ser el Estado, es decir el conjunto de la sociedad encabezado por el Gobierno
para ese fin elegido, quien garantizase unos mínimos de supervivencia a cada
ciudadano en peligro de exclusión social. Pero las cosas no van por ahí, más
bien en sentido contrario y no solo en España.
No quiero extenderme ahora en responsabilidades por la
tremenda crisis que estamos atravesando, solo hacer referencia a una noticia
acabada de escuchar y que me empujó a escribir esto. Resulta que los enviados
por la UE (Troika,
Hombres de Negro, o como se les quiera llamar) se sorprenden porque el crédito,
supuesto generador de empleo, no fluya en España, cuando los más tontos o legos
en la materia sabemos que el dinero que retiran los bancos españoles del BCE al
0,5 ó 1 % lo invierten en Deuda Pública española al 3 ó 4 % con todas las
bendiciones del actual Gobierno. Así unos de los máximos responsables de la crisis se lamen
las heridas causadas por su codicia y hacen negocio, mientras, el Gobierno,
escudándose en tener que pagar tan altos intereses, solo nos habla de recortar.
AGRADECIMIENTO DE LA FAMILIA DE MIGUEL ÁNGEL VÁZQUEZ
A continuación os muestro el correo que nos
ha enviado Daniel, hijo de Miguel Ángel, para darnos las gracias a todos los participantes del Blog por nuestra amistad y por las muestras de cariño recibidas hacia Miguel Ángel, su padre. Lamentablemente, de ahora en adelante ya no
podremos contar con las valiosas colaboraciones del amigo y compañero Miguel Ángel, pero su familia puede estar segura que nuestro amigo, seguirá
estando presente en el recuerdo del Blog y de todos sus componentes. Agradecemos sinceramente las palabras de reconocimiento enviadas por la familia y les participamos que este humilde blog también es una pequeña herencia de Miguel Ángel y como tal, lo tienen abierto y dispuesto para lo que deseen.
-----------------º-----------------
Hola, Benjamín:
Nos gustaría que pudieses trasladar a los usuarios del Blog
de los antiguos alumnos de Corias este modesto agradecimiento que
hemos escrito para ellos:
"Hemos leído emocionados y agradecidos todas las
muestras de cariño que habéis mostrado hacia nuestro padre, ante la fatal
noticia de su pérdida.
Queremos que sepáis que este blog ha sido muy importante
para él, durante la última etapa de su vida, cuando la enfermedad le impedía
hacer muchas más cosas que ponerse frente al ordenador.
Siempre decía que había plantado muchos árboles en su
pequeña huerta de Turón, que había tenido nada menos que cuatro hijos, y que
solamente le faltaba escribir un libro. Hace unas semanas pudimos entregarle
uno que recogía los más de ciento cincuenta textos que dejó escritos en este
espacio.
Pese a que todos preferiríamos que no se hubiese ido tan
pronto, se puede decir que Miguel Ángel ha tenido una vida plena y todos los que
participáis en este blog habéis aportado algo para que así sea.
En nombre de nuestra madre, de su hermana y de su tía
política, queremos deciros, de todo corazón: GRACIAS."
Gracias de antemano, Benjamín.
Recibe un afectuoso saludo.
Daniel Vázquez Moreno
Suscribirse a:
Entradas (Atom)