domingo, 27 de marzo de 2016
Ella, el, nosotros
En
mis viajes a Madrid en el Alvia, me he encontrado con gente del más variopinto
interés como compañeros de unas horas de obligado relajo.
Coincidí
con una niña de 10 años que me mantuvo la conversación en inglés todo el viaje
y me humilló reiteradamente al solucionar los sudokus más difíciles. En otra
ocasión iba a mi lado una chica joven leyendo una novela… en alemán. Luego me
informó que tenía 24 años y ya era abogada del estado. Atribuía su temprano
éxito a la mediación celestial de Alonso Martínez. En otra ocasión vine de
Madrid a León hablando de música clásica y de ópera con una soprano italiana
que iba a ver la Catedral. La última vez vine de Madrid a Pola escuchando cómo
un profesor de física me aclaraba la diferencia entre fusión nuclear y fisión
nuclear… ¡Apasionante!
Por
desgracia, no siempre hay suerte. Os voy a contar una de las últimas veces que
fui. Me tocó sentarme al lado de una señora madurita que, desde Pola a Segovia,
fue todo el tiempo leyendo revistas del corazón: Pronto, Lecturas, Cuore etc,
etc…
Eso,
en sí, ya es grave. Pero más grave fue lo que vino cuando dejó de leer. Cogió
el móvil, marcó y empezó. Faltaba media hora justa para llegar a Atocha.
ELLA:
19:05
“Hola,
cielo… sí, estamos como a media hora de Chamartín… sí, hija, es un viaje
estupendo… se hace muy corto.
(
_________ )
¿Cómo
dices?
No,
no, vine leyendo todo el viaje.
Sí,
me llevaron a la estación. Bueno ya sabes, él es un hipócrita de miedo. Muy
atento, muy atento pero después va por ahí diciendo que si tal que si cual. No
sé como mi hermana se casó con semejante individuo. Aparte de las cosas que le
ha hecho tragar… ¡Que ya está bien! Acuérdate del lío aquel con la colombiana.
(
_________ )
Sí,
claro y lo del hotel. No, si vaya aguante que tiene ella. A lo mejor le
compensa el dinero, porque al parecer están podridos de dinero. No quieras ver
el chalet que se han comprado hace poco.
(
_________ )
Sí,
sí en las afueras de Oviedo. Y mucho mercedes, y criadas, bueno si esto la
compensa, allá ella.
Yo,
desde luego, no hubiera aguantado todas las faenas que le hizo… y andar en boca
de todos… que hace meses que no se habla de otra cosa que del lío de él con la
periodista.
Y
bla, bla, bla.
19:10
(
________ )
Sí,
Carlos y Mercedes parece que van saliendo adelante. Claro que gracias a mi hermano porque lo que es por ella… Qué
desastre de mujer… Mi hermano debía de estar borracho cuando se fijó en ella.
Es un desastre para todo. El pobre Carlos se mata a trabajar y ella se pasa el
día en las cafeterías de charleta con esas amigas… es que Carlos…
Primero
le consintió dejar el trabajo que ella tenía en una tienda y luego, como se
empeñó la tía, le puso una asistenta que le hace todo lo de casa…
Y
bla, bla, bla.
19:15
(
_______ )
No,
que va. La hija, Elisa, no hubo manera de que hiciera ningún estudio. Ahora
trabaja en un Alimerka de cajera. Tiene que ir a diario al tren de las seis y
media y vuelve a las siete de la tarde. Total para ganar una miseria.
Luego
los sábados se queda en Oviedo. Dice que en casa de una amiga… pero vete tú a
saber.
Dicen
que la vieron hace poco con un casado que está prejubilado de Hunosa con una
paga tremenda. No me extrañaría porque la nena se crió sin control y la madre
la dejó hacer lo que le dio la gana toda la vida.
(
________ )
Otro
que tal. Si la nena salió mal, el chaval, peor. Figúrate que está haciendo 2º
BUP con 22 años. Y para colmo hay una ecuatoriana que anda diciendo que está en
estado de él. Imagínate qué situación.
Y
bla, bla, bla.
19:20
(
_________ )
O
sea, que ya estás enterada de lo de Celso, el médico. Pues sí, hija. Bueno ya
sabes que ella era la segunda mujer, que él enviudó de la primera hace siete
años. Pues fíjate, la Loli, dejó que él le entregara el piso que compraron hará
cuatro años, más no sé cuantísimo de la manutención del nenu que tuvieron hace
cuatro años. Bueno, pues va él y exige la prueba de paternidad del guajín, y
resulta que no es de él. Ella quedó en ridículo, sin pluma y cacareando. Él
será lo que quiera, pero yo me alegro de que tenga razón.
Y
bla, bla, bla.
19:25.
¿Te
acuerdas de Pedro el del Molín? Bueno, pues la hija le metió en la residencia
después de que él firmara poniendo todo lo que tenía a nombre de ella y ahora
lleva un año en la residencia y ella no fue a verle ni una sola vez. Lo bueno
es que ahora la residencia la acusa de una cosa de esas que se llama “alzamiento de bienes” y va a tener que devolver todo para que él pague la
estancia en la residencia. Le cayó bien por mala hija.
Como
ves, el pueblo sigue igual, los mismos chismes de hace 10 años y de hace 30
años.
Yo,
la verdad, ya tenía gana de venir a Madrid unos días y descansar de tantos
chismes y tanto cotilleo y tanta murmuración.
Bueno, tú sabes qué es eso de andar contando las historias de los demás.
Ahora en Madrid pasaré unos días sin oír ni hablar de la gente… ya era hora.
Estaba harta de tanto cotilleo.
19:30.
Oye,
cielo, que me parece que el tren ya está entrando en la estación. Vamos a
colgar.
Oye,
voy en el coche 1º, el que va después de la máquina. Acércate a la puerta para
ayudarme a bajar la maleta. Ya sabes que soy muy torpe. Hasta ahora mismo.
Mientras
el tren se detenía, la miré… con una pena infinita. Con la pena con la que
miras a la flor que no huele a nada, o la que produce la fruta sin sabor
alguno. Era un ser dizque racional, pero la racionalidad, simplemente, se le
suponía. Como al bebé, porque la pobre, ignoraba que hay vida más allá de las
vísceras. Acostumbrada a una dieta de casquería televisiva, no se imaginaba que
pudiera haber otros manjares suculentos. Un mundo de ideas apasionantes de
bellezas insospechadas, de hallazgos maravillosos para la mente. Seguramente no
se le olvidó leer, porque como tantos y tantos lee cada semana el Marca y el
Hola!
En
esas estamos. ¿Soy demasiado pesimista? Es posible. Pero creo que me
limito a poner un espejo que refleja la imagen de lo que es esta sociedad.
Admito que me dejo llevar de cierta aspereza al hablar de lo que me disgusta.
Con palabras menos bruscas, la realidad, sería la misma.
EL
Su
marido tien 48 años y lleva 6 prejubilado de Hunosa.
Estudios
primarios.
Cuando
dejó la escuela, los profes organizaron una cena para celebrarlo.
Acudieron
incluso dos que llevaban meses de baja por depresión.
Trabajó
de pinchadiscos en una discoteca de Mieres.
Conduce
desde los dieciocho años cuando su padre le compró un Seat-León de color rojo
con el que sólo tuvo 18 accidentes. Ninguno grave.
Su
padre empezó a preocuparse del porvenir de su hijo, a tal efecto, acudió a un
amigo, vigilante en Hunosa y de la ejecutiva de UGT, que le tranquilizó: “Esto
arréglotelo yo” Y efectivamente le metió
en Hunosa.
Cotizó
12 años.
Se
ha prejubilado con algo más de 2000 euros.
Lee
el Marca cada mañana.
Quedó
subcampeón en el último campeonato de tute de la localidad.
Hace
siete años fue concejal del Ayuntamiento, cuando ganó las elecciones su
partido. Este fue su momento de gloria. Tuvo la idea, iniciativa o genialidad
de poner, en un lugar bien visible, de una localidad del municipio el siguiente
letrero “PROIVIDO BERTER ESCONVROS”.
Se
siguieron vertiendo como es propio en nuestros usos. Pero el anuncio provocó una
afluencia de forasteros que buscaban hacerse una foto con el letrero. Venían de
Oviedo, Gijón, León y hasta de más allá del horizonte. Fue una bendición para
el pueblo tantos miles de turistas.
No
hubo manera de quitar el letrero. Allí estuvo durante cuatro años. Ahora lo
tienen en el museo de la sede de su partido para perpetua memoria de quien más
hizo por el término local. Además lo exhiben como una muestra de lo que es la
libertad de expresión.
NOSOTROS.
Estos
son los protas de mi artículo de hoy. Cualquier habitante de las Cuencas
reconocerá en el retrato que he hecho a una docena de parejas conocidas suyas.
Y
no hay más cera que la que arde.
Los
políticos que tenemos o son de una calidad ínfima o están hasta las cejas del
chapapote de la corrupción.
La
sociedad no tiene mejor nivel moral ni de actitud que los políticos que han
elegido.
Para
colmo la sociedad no da la impresión de que esté dispuesta a reconocer que
somos lo que realmente somos.
Esta
burla que hago responde por desgracia a la realidad. Quizás esté yo influido por vivir en una
comarca que durante toda su historia ha
dado muestras de una laxitud moral y cívica.
A
título individual lo único que cabe hacerse es reírse de todo y lamentar ser
uno de los nuestros.
Pepe Morán.
Dominico-ex
lunes, 21 de marzo de 2016
CHARLY/ LIGANDO CON CERVEZA
Charly
Huntington –o sea– Charly para los amigos era el cura en cuya parroquia estaba
enclavado el puerto de Cork. Medía 1, 95
y tenía una espalda como un armario ropero, era dinámico, extravertido,
exuberante. Parecía un personaje de película de John Ford, algo así como un
John Wayne en cura. Su celo apostólico era multinacional y multiétnico, pues se
veía impelido a salvar el alma de todo marinero que hiciera escala en el puerto
de la ciudad. Todo marinero que atracase en Cork era feligrés suyo, fuera de la
nacionalidad que fuera: japonés, chileno, polaco, español, hindú… fuera de la
religión que fuera. El tenía que poner a todos rumbo al cielo. Había creado una
residencia “Anchorhouse” donde acogía a
compañeros marineros que tuviesen que permanecer en Cork más de 48 horas. Yo me
hice muy amigo suyo y juntos bebimos muchas jarras de cerveza negra llamada
Celebration.
Era capaz de
beber seis jarras o siete y no le hacían más efecto que una botella de la
Casera. Yo, mísero de mi, nunca pude trasegar más allá de dos pintas. Con más,
ya perdía la sensatez.
Así que un día
me llamó por teléfono y me dijo:
“Morán, mañana
a media mañana llega a Cork un barco con toda la tripulación española. Vienen
de Angola con un cargamento de madera y estarán aquí tres o cuatro días.
Acércate por el puerto y mira a ver qué se puede hacer por ellos”.
Yo no estaba
obsesionado por salvarles el alma a los marineros compatriotas pero me
encantaba la idea de alternar con ellos y, si era posible, que me facilitasen
tabaco negro, porque en Irlanda no lo había negro y solo podías adquirir unos
horribles cigarrillos franceses llamados Gauloises.
Así que me
presenté en el puerto. Primero hablé con el oficial de la aduana para
preguntarle cuanto tabaco podía sacar
del barco y meterlo en Irlanda sin pagar.
“Un cartón”.
“Oiga, yo soy
pobre y además, amigo y colaborador de Charly”.
“Bueno, saque
lo que quiera”.
El barco se
llamaba “Sierra de Cazorla”.
La tripulación
se componía de veintitantos marineros, todos gallegos a excepción de uno de
Punta Umbría (Huelva) llamado Antonio pero al que todos llamaban Punto Umbrío,
o sencillamente Punto. Me abastecí de tabaco: Goya. Me invitaron a una copa de
vino y enseguida, pese a ser gallegos, nos hicimos amigos.
Quedamos en que
nos veríamos a las ocho en Wild Duck (Pato salvaje) un pub muy popular, de
enorme aforo, para ingerir cerveza.
Charly me había
dicho que les recomendara que no intentasen competir con una chavala a ver
quien bebe más. Que no se llamen a engaño. Que cuando ella vaya por la cuarta
pinta, tú con esa misma dosis estás tirado al pie de la mesa y ella se va a ver
si otro sigue invitando.
Yo se lo dije,
pero no con las palabras de Charly sino con frases bastante más expresivas y
desgarradas. En esencia les dije que a mí no me importaba cuales fueran sus
éxitos sexuales. Pero que me daría mucha pena verles hacer el ridículo.
Además, decirle
a un gallego que sea cauto es absurdo, pues es bien sabido que los gallegos son
cautos en su adn.
¡Ah, pero allí
estaba el Punto Umbrío! Un andaluz precavido no es un oxímorón, es un
pleonasmo. Como lo sería un francés humilde, un inglés extravertido o un alemán
vago.
A las ocho me
presenté en el Duck y allí estaban mis colegas. Nos sentamos un poco retirados
del centro y pedimos una pinta cada uno.
Empezamos a hablar y yo les rogué que me hablaran en gallego porque me
encanta.
Desde el sitio
que ocupábamos, un poco elevado, vimos llegar al Punto. Era menudito y de pocas
carnes. No reparó en nosotros y decidimos no llamarle para ver que hacía. Fue
hacia una mesa vacía y se sentó.
Llegó un
camarero y el Punto se ve que le pidió una jarra. Pausa.
No tardó mucho
en acercársele la presunta presa. Una rubita vestida de verde prau. Empezaba la
cacería. A nosotros nos encantaba ver el espectáculo.
La rubita pidió
una jarra. El Umbrío no hablaba inglés, hablaba el español y mal. Le vio animarse. La rubita se veía que
asentía sin entender nada.
Oh, yes, yes.
Decía la rubia.
“Pue mi arma.
Nosotro lo andaluce somo mu grasioso y mu hombre”
Oh, yes, yes.
Asentía la mocina.
“Tú no sabe lo
bueno que somo lo andaluce con la mujere”
Oh, yes, yes,
reiteraba la chavala.
La primera
jarra la trasegaron rápido. Él tenía prisa por llevarla al barco y ella quería
beber la segunda.
Otra jarra. El
Punto insistía:
“Ere una
chavala guapa”
Yes, yes.
Afirmaba la de verde.
“Tiene uno ojo
presioso”
Yes, yes.
Manifestaba la dulce rubita.
A él se le veía
cada vez más ansioso, un goloso ante el escaparate de una confitería. Según sus
cálculos, aquello estaba ya maduro. Así que despué de un rato de hablar:
Él: Bla,
bla,bla.
Yes, yes,
asentía la rapaza.
El Punto
decidió rematarla y pidió la tercera jarra. Sus cálculos de macho ibérico le
decían que aquella dulce monada no podría aguantar mucho más. Pero aguantó con
una dulce sonrisa.
El grupo de los
gallegos y yo, íbamos por la segunda jarra que era el tope que no se podía
traspasar.
Cuando el punto
terminó la tercera jarra, quiso incorporarse para ir al baño, pero le costó
trabajo mantenerse vertical. Le vimos camino de los servicios con pasos
vacilantes.
Volvió. Tenía
el aspecto del toro que mira la muleta y no da crédito a no encontrar nada
donde clavar los cuernos. Pero ya estaba ciego de una mezcla de deseo, después
de 37 intentos, y de orgullo español.
“!¡Qué quiere
niña¡! ¿Por qué no nos vamos un rato ar barco?”
Yes, yes, decía
infatigable la chica. Cuando acabaron la cuarta. El punto ya estaba medio de
bruces en la mesa con las manos
sosteniendo la cabeza, que le daba vueltas.
Final: El Punto
cayó encima de la mesa derrotado y la mocina se fue a ver quien seguía
invitando.
Yo no volví al
pub al día siguiente y sospecho que el Punto, al día siguiente invitó a una
chavala pelirroja pecosa con el mismo resultado que la rubita.
Habría que
oírle contar sus éxitos amatorios en su pueblo:
“Pue una ve me
ligué yo a do chavalita y me la lleve ar barco…”
Pepe
Morán. Dominico-ex
miércoles, 16 de marzo de 2016
Agradeciendo al "Prior" sus diligencias, y como prueba de que aún le estamos robando tiempo a la historia, introduzco esta fotografía tomada en un poblado turístico de la Nación India Miccosukee, situado al oeste de la ciudad de Miami. en pleno Everglades del estado de la Florida, el pasado año.
No todo lo que reluce es oro, como bien se dice, "la procesión va por dentro", y no se cual de los dos, si el reptil o el humano se encuentra disfrutando el momento.
Contestando al comentario de Samuel, mi hermano Joaquín, el que aparece dentro de un circulo, se encuentra, dentro de las limitaciones normales que acompañan sus dolencias, muy bien. No fuma, no bebe, no baila, no juega al football, no trabaja, pero disfrutando de sus tres nietos como todo buen abuelo. El reside en la ciudad de San Luis, Missouri, aproximadamente a día y medio o dos días por carretera desde Miami, dependiendo de si el conductor calza zapatos o ladrillos.
¡ Sí ! me lo paso pipa, leyendo los artículos y comentarios del Blog y escuchando las últimas noticias de la madre patria, las cuales dicho sea de paso, al igual que aquí, no son muy halagüeñas, pero en fin es lo que hay "y que viva la madre que nos parió".
Don José Morán se ve que disfruta compartiendo sus avatares con todos nosotros; que continue, que somos muchos los que de una forma u otra, nos identificamos con sus anécdotas. Cuando leo sus artículos, me viene a la memoria aquella sección de la revista Readers Digest, que me parece se titulaba "Cosas de la vida". En cuanto a sus dolencias, (letra pequeña de un contrato llamado vida), compartiré con él lo que muchas veces escuché a mi madre, en gloria esté), decir: "un catarro dura catorce días con medicinas o dos semanas sin ellas".
Bueno Sras., Sres., niños y niñas, mañana..............hablaremos del Gobierno.
Un abrazo a todos.
martes, 15 de marzo de 2016
Reclamando noticias de un amigo de Corias
Hace unos días me ha llamado nuestro amigo y admirado profesor,
Pepe Morán, para preguntarme si sabía
algo sobre el amigo y compañero José Vigil, Cubanín, que hacía mucho tiempo que no daba señales de
vida en el blog y la basca cauriense bloguera, y no bloguera, preguntaba por él
con frecuencia. Como estaban en lo
cierto, os podéis imaginar lo que supuso para mí esa insinuación. Dicho y hecho. Al instante he puesto manos a la obra y le he enviado a nuestro compañero y amigo, José Vigil, Cubanín
, el siguiente mensaje:
- Hola Cubanín: Espero no ser inoportuno con este correo,
pero tus excompañeros de Corias, tanto los de tu promoción como el resto,
deseamos saber de ti y de cómo te va. Todavía ayer me ha llamado
Pepe Morán, dominico-ex, haciendo de portavoz de un grupo de
exalumnos que se extrañan mucho de no verte por el blog.
Por mi parte ya hace tiempo que eché de menos tu estimada presencia,
pero sabiendo de tu delicada salud, me he hecho cargo y
pensé que ya vendrían tiempos mejores. De todos modos, así lo esperamos
y deseamos que la falta de tus noticias en el blog, sea por simple
pereza, que a todos nos pasa, y no por contratiempos de salud. Por lo tanto,
amigo Cubanín, si te encuentras bien y te es posible, buenamente, no
dejes de dar señales de vida. Si lo prefieres, también puedes comunicarte
conmigo por este mismo medio y yo lo participo a los compañeros en
el Blog de los antiguos alumnos de Corias.
Deseándote lo mejor, recibe un abrazo, Benjamín
***
Y hoy día 15 he recibido el siguiente mensaje:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Greetings !!!!!!!!! desde Miami amigo Galán:
¡Qué sorpresa más agradable!. Quiero, ante todo, disculparme por no
haber dado señales de vida desde aquella pequeña controversia, sin mayores
consecuencias, sobre mis opiniones. No esperaba que mi presencia
suscitase más o menos alboroto entre mis antiguos compañeros,
"blogueros", y/o profesores. Yo sigo disfrutando como un
muchacho de los artículos del Blog, y sus comentarios; precisamente publique un
comentario como "Anónimo" (ya olvide mi contraseña), pero sin
detallar su autor, ¡¡sorry!!
Escribir esta respuesta, me está costando alma mía y señor mío, (tengo el
cerebelo un poco/mucho alterado desde los ictus de hace tres años) pero día a
día aun tenemos, gracias a Dios, suficientes fuerzas para seguir en la brecha
(no en balde fuimos soldados por tantos años), y hago mis pinitos con la
lectura de vuestros artículos (menos mal que de momento El Pelgar anda tan
perdido como yo y no tengo que leerlos en bable), y mi búsqueda del condenado
asno y poder seguir dándole el beneficio de la duda a Fray Pepín.
Es Ud. muy libre de publicar este articulo, si lo considera oportuno.
Aun continuamos en este valle de lágrimas, recordándolos a todos y todas,
y buscando alguien que pueda hacer la condenada insignia de Corias mas
económica.
Un fuerte abrazo
***
***
Creo que está todo dicho. Nos felicitamos que nuestro amigo siga en pie, con
tanto ánimo como siempre le ha
caracterizado y con las mismas ganas de participar en todo lo relacionado con
Corias.
En nombre de todos tus compañeros y amigos blogueros, recibe nuestro apoyo y un fuerte
abrazo, amigo.
B.G.G. bloguero “Prior”
viernes, 4 de marzo de 2016
EN TU FINCA SÍ, EN LA MÍA NO
Menudo tema que acaba de tocar el amigo Pepe Morán en su última entrada. En
este país, eso que ha dicho, es como
mentar la soga en casa del ahorcado porque, el que más y el que menos, como muy
bien dice nuestro antiguo profesor, el que esté libre de pecado que arroje la
primera piedra. Todos incurrimos en actos de corrupción alguna vez, puesto que
hay múltiples formas de ser corrupto.
Tan solo es cuestión de la percepción personal
de cada uno, de la valoración que le queramos dar y de la
magnitud que consideremos punible.
La corrupción, la picaresca y la hipocresía son tres
“virtudes” bastante extendidas entre el personal en estos tiempos. No digo que lleguen a estar valoradas,
pero mal vistas tampoco; sobre todo, por algunos tipos de gente. Esto es así, hasta tal punto, que muchos de estos personajes
no solo no se avergüenzan de serlo, sino que lo tienen a gala y van de listos y
de triunfadores por el mundo. Al paso que vamos, llegará el día en que se
impartan másteres en corrupción para después incluirlos en los currículos como un atributo más a valorar. Yo,
simplemente, al leer la entrada de Pepe me ha venido a la memoria un episodio curioso referente a la hipocresía,
que viví personalmente durante una sesión de trabajo, allá
por los años ochenta en Andalucía.
Recuerdo que estaba en Almería, en la zona del Campo de Dalías, haciendo unos estudios geotécnicos para la construcción
de unos futuros diques de contención (presas), en el fondo de los barrancos que bajan de la
montaña, con el objeto de poder contener los “turbillones” que se producen cuando caen grandes tormentas, como protección de los numerosos invernaderos
que existen en el pie de las laderas. La
palabra, “turbillón” no la contempla el DLE, es denominación local, y se aplica a las masas descontroladas de agua y
lodo que suelen circular ocasionalmente de
forma impetuosa por estas tierras mediterráneas después de las grandes tormentas. Dichas aguas corren en régimen turbulento, de forma desbordada por fuera de los límites de los cauces,
inundando y arrasando todo lo que obstaculiza su avance.
En principio, como se podría pensar,
el cometido de estos diques o presas proyectadas no era exclusivamente el de almacenar agua
como reserva, sino más bien se trataba de frenarla, retenerla y acumularla, para
posteriormente, ir soltándola suavemente
hacia el mar, mediante canales, sin causar daños ni destrozos en las instalaciones de los invernaderos existentes en este recorrido.
Estos estudios fueron propuestos y financiados por iniciativa
de las cajas de ahorros, ya que los dineros prestados como créditos a los
agricultores, para montar los invernaderos y toda la infraestructura necesaria
para la implantación del riego por goteo, alcanzaban cifras multimillonarias y
a los banqueros les convenía aminorar el
riesgo de impagos en lo posible, en caso
de haber catástrofes naturales por tormentas. La dirección, organización y
planificación de estos estudios hidráulicos
corrían a cargo de la Confederación Hidrográfica del Sur, y como era lógico,
aparentemente, estaban muy bien vistos
por toda la población en general; tanto por los posibles perjudicados, como por los no afectados.
Entre los muchos titulares de
fincas involucradas en este proyecto, con los que había que tratar, un día me
tocó hablar con un propietario, dueño de un terreno de monte bajo y matorral, escabroso y con muy poco valor agrícola pero muy extenso, para
informarle de lo que se pretendía hacer en aquellos pagos. Conviene decir que
este terrateniente no era un campesino cualquiera pues, aparte de
latifundista, también era funcionario
del Ministerio de Agricultura. Al exponerle el plan y lo que se pretendía llevar
a cabo con aquellos estudios, se quedó
maravillado por la iniciativa y no tenía palabras suficientes para elogiar y aplaudir la idea. Lo peor vino
al poco rato cuando, una vez explicado el plan, se llegó a concretar y tuve que mostrarle los
planos y participarle que el emplazamiento de uno de aquellos muros ciclópeos,
precisamente, coincidía dentro de su
finca. Ay amigo, cómo cambió la cosa. Nada más oír semejante improperio, se
acabaron los parabienes y la cortesía por su parte; se puso pálido, rojo, amarillo… de mil
colores. Tal que, acto seguido, se levantó del asiento y no
con buenos modales, me invitó a abandonar su despacho. Al final me parece que tuvo
suerte el muy cabronazo pues, algunos de aquellos diques no se llegaron a construir.
Conclusión. Para este hacendado hipócrita, el
plan resultaba perfecto mientras las obras y molestias cayeran en terrenos del vecino, ya que así, constituía toda una propuesta de progreso y de
avance que beneficiaría a todas las
fincas del valle y por lo tanto digna de aplaudir; sin embargo, en cuanto supo que la
colaboración y disposición debía ser por su parte, entonces tanto los estudios como el proyecto en sí, dejaron de ser de utilidad pública y se
convirtieron en un abuso, un despropósito y casi un atropello, por parte de
quien los planteaba. Esta mezquina e insolidaria actitud, desgraciadamente, también está muy extendida y
todos la practicamos en alguna ocasión de nuestra vida, aunque sea en
proporciones mínimas.
B. G. G. bloguero “Prior”
Nosotros los corruptos
Yo, como todos los corruptos de la historia me
fabriqué mi propia moral para aliviar la conciencia. Como todo. Que si la
necesidad, que, total, no es para tanto, que otro, en mi lugar habría hecho lo
mismo.
Hace poco he contado aquí, cómo los dominicos
ingleses me mandaron a dormir a un catre en el desván. Era evidente que me
estaban invitando a irme. Y me fui. Como tenía pagada la matrícula y el primer
trimestre donde pensaba estudiar, me vi obligado a buscarme la vida.
La hospitalidad y la comprensión que no encontré
en mis hermanos, la encontré en la calle. Una señora que regentaba una agencia
de trabajo se compadeció de mi triste suerte y se tomó la molestia de buscarme
trabajo y habitación. La ventaja era que estaba al lado de donde estudiaba y no
gastaba en transporte. El trabajo no era inmediato. Tenía que esperar casi un
mes. La habitación disponible y muy barata. Me trasladé, no sin antes
despedirme de los frailes, expresándoles mi
agradecimiento más solemne por su hospitalidad. En educación les gané y
en sentido del humor, por goleada.
Cuando llegué a mi nuevo domicilio ya estaban
esperándome. De seis habitaciones, cuatro eran españoles. La de la agencia les
había informado que iban a tener de compañero a un fraile.
La expectación era máxima. Creo que caí bien,
pues todos estaban dispuestos a movilizarse para que no faltase de nada. Elio,
un catalán de Tarragona dijo que del asunto de comida hasta que empezase a
trabajar que se ocupaba él.
Carlos, un malagueño, dijo que él se encargaba
de proveerme de todo el menaje de cocina que necesitara. Todas las habitaciones
tenían una minúscula cocinita de gas.
Esa misma noche ya cené donde trabajaba Elio, en
un local de Picadilly que estaba abierto 24 horas al día. Era muy fácil. Íbamos
juntos, pero, una vez allí, él entraba primero y yo a los cinco minutos. Iba al
mostrador y me decía:
- - Buenas noches señor ¿Qué
desea tomar?
- - Póngame un huevo frito con
dos salchichas, patatas fritas y un tomate.
- - Al momento, señor.
El señor cenaba y se iba. Sin pagar, claro. Así,
un mes.
Al día siguiente me dijo Carlos que me acercara
a las once y cinco al 17 de St James street y que esperara en la acera de
enfrente.
Lleva una bolsa de mano.
Era un restaurante. Esperé como 20 minutos. Al
cabo salió Carlos, me silbó con los dedos y dijo:
Rápido, la bolsa.
Allí echó una sartén, una cacerola, un cazo,
cubiertos etc.
Caminando.
(Bueno, no tiene importancia. Es una minucia,
además es un caso de necesidad, etc, etc… en fin las disculpas de todo
corrupto).
Muy cerca de donde vivía, tenía el Centro de
Estudios y el sitio de trabajo. Todo a pie y a mano.
Cuando por la mañana del primer día salí hacia
clase me detuve en una cafetería cochambrosa que había en la esquina de la
calle. Era un local enorme, destartalado, con una barra larguísima donde, a esa
hora, se agolpaba una multitud de gente a desayunar. Desayuno continental, que
llaman. O sea, café con leche y un bollo. Me acerqué a la barra. Una mocetona
grande, robusta, de abundantes carnes… (no, bigote no tenía) con una gran
cafetera en la mano iba llenando las tazas.
Cuando llegó a mí, me dijo en un deficiente
inglés: ¿Qué desea? (May I help you?).
Desayuné y salí corriendo para clase. Al día
siguiente a la misma hora otra vez la mujerona con lo mismo. A mí me dio la
corazonada de que era española. Le
pregunté:
- - ¿De dónde eres? (Where are you from?)
- - Yo soy de España. Por la
entonación de la moza era evidente que era gallega, así que le dije en español.
- - A mí que me da que eres prima
mía. Yo soy asturiano y ya sabes, gallegos y asturianos…
- - Soy de Lugo.
- - Mira por donde me voy a
encontrar en Londres con una prima mía. ¡Cuánto me alegro!
Cuando terminé y pregunté “¿Cuánto te debo?”
ella, con la mano extendida y en paralelo con el suelo la movió diciendo “Tú
aquí no pagas”.
No le volví a preguntar nunca más en los siete
meses siguientes.
¿Mal hecho? El corrupto que llevaba dentro de
mí, enseguida argumentó: Si es ella la que se niega a cobrar. Además es un café
y un bollo entre cientos y yo soy pobre y… y…
Yo me movía en un radio bastante reducido y todo
a pie. Afortunadamente. Porque las tarifas de los transportes públicos en
Londres eran –al parecer son- de una
cuantía llamativa.
Concretamente el metro era carísimo. Pero… pero
tenía arreglo la cosa. En el metro entonces –no sé ahora– se podía acceder al
tren sin sacar billete al entrar. Pero no podías salir sin pagar ¿Cómo?
Parece mentira, pero la cosa funcionaba así:
Ibas sin billete y para salir te acercabas a una ventanilla donde te daban uno
que costaba en dependencia de mayor o menor trayecto que hubieras recorrido.
¿De qué estación procede? Un inglés (os lo juro) dice de verdad de donde
proviene aunque cueste más. Nosotros -yo- siempre veníamos de la estación anterior.
Es que, vaya precios abusivos para un trabajador
pobre como yo… No te preocupes…
En fin, que yo fui un corrupto cuando tuve
apuros, lo reconozco. Después vino
aquello de:
- - Sin IVA.
- - Vamos a meter esto a ver si
cuela en hacienda.
- - No fue así, pero que pague la
mutua.
Reivindico para mí el calificativo de corrupto,
y no por vanidad, si no higiene moral. Si yo delinquí es hora de que lo
reconozca públicamente. No puede ser que los corruptos sean siempre los
demás. O ¿Es qué la corrupción depende
sólo de cuantía?
Me asombra que este pueblo que miente, engaña,
falsea, se “aprovecha de… ” etc, muestre tanta cólera contra quien hace lo
mismo que él, con la única diferencia de la cuantía de lo detraído. La catadura
moral es la misma.
Como en el caso de la mujer adúltera, el que
esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Por favor, si alguna vez me oís clamar contra la
corrupción de alguien, recordadme que yo también fui un corrupto. Corrupto de
poca monta, pero corrupto.
Pepe
Morán. Dominico-ex
Suscribirse a:
Entradas (Atom)