domingo, 1 de octubre de 2017
CRÓNICA DE CORIAS 2017
“Nadie más cortesano ni pulido que nuestro venerable Prior, que
Dios guarde…” habría dicho de él Manuel Machado, si hubiera tenido la fortuna
de conocerle. Hoy, apenas recobrados de la alegrías del encuentro, diligente
como siempre, veloz como el rayo, nos obsequia con su crónica en el blog,
ilustrada con una foto de su señora esposa, a cuyo lado me encuentro, que me ha
sacado los colores. ¿Qué pinto yo en primera plana? me he preguntado. Si nos
atenemos al presente, poco, en verdad. Si nos remontamos a los lejanos orígenes
del Monasterio, algo más de lo que muchos sospecharíais pues fui monje copista
en su scriptorium, allá por el sg XII.
Los nuevos tiempos han traído nuevas
tecnologías que han acabado con mi oficio. Ahora ejerzo de cronista y es así
como, con el debido respeto, me presento ante vosotros.
Llegó, un año más, el último sábado de septiembre y desde diversos
puntos, algunos muy lejanos, los antiguos alumnos y sus acompañantes van
llegando a Corias. Ante la fachada principal no recibe el P. Basilio Cosmen que
tiene para todos y cada uno una palabra amable, un gesto cariñoso y hace gala
de una energía y un buen humor admirables. Cuando, después de saludos, abrazos,
preguntas y comentarios, nos congregamos en torno a él, comienza a darnos
cumplidas explicaciones sobre la actual fachada del Monasterio, del sg XVI,
presidida por la imagen de “S .Juanón”;
las ampliaciones de los sg XVIII y XIX; la Desamortización de 1835, que expulsó
del Monasterio a los Benedictinos para acoger en 1860 a los Dominicos, etc.
Nada escapa a la atenta mirada ni al conocimiento de este antiguo habitante de
la casa: el P. Cosmen llama nuestra atención sobre una lápida en el pavimento, ante la puerta de la
iglesia, en la que se lee Fecit Taela,
así, en latín vulgar o medieval, porque en latín clásico sería Taela fecit. Tal vez se trate del nombre
del maestro de obras, del capataz de canteros, como era habitual en la época.
Pero, sosegaos, que no cunda el
pánico, que no hemos venido a clase, y mucho menos, a clase de latín.
Ya dentro de la gran iglesia, el P. Cosmen nos explica que los
Dominicos, como era habitual también, sustituyeron las imágenes de S. Benito y
otros benedictinos por las de los dominicos,
Sto. Domingo y S. Francisco en el altar mayor, y otros, de menor
renombre en los laterales. Como veis, quitar a unos para poner a otros es
práctica que viene de lejos. De la fiebre sustitutoria solo se salvó el
románico Cristo de la Cantonada, situado en una capilla lateral, al que se llevaba
a los recién nacidos para golpear sus cabecitas contra la imagen a fin de
evitar el mal genio futuro de la criatura. A juzgar por el carácter de los
cangueses, se diría que sin mucho éxito.
El P. Cosmen, que no puede negar su deformación profesional, va vistiendo los ropajes litúrgicos
mientras nos explica el origen y función de cada uno de ellos y, a mitad de la
misa, nos obsequia con una preciosa homilía sobre la amistad y el amor,
manifestaciones de un mismo sentimiento.
Al final de la ceremonia toma la palabra Pepe, el tesorero, en
nombre del Presidente de A.D.E.A.C.O., José Manuel Cuervo, que nos saluda
efusivamente a todos y excusa su presencia por hallarse en Zurich por motivos
familiares.
Como algunos hemos manifestado nuestro interés, entramos en la
majestuosa sacristía para ver el Ballet
de los Benedictinos, como llaman los Dominicos al conjunto de grandes
esculturas de santos de la otra orden
allí agrupadas. Como es habitual entre gentes de tan buen humor y aguda
perspicacia, hay comentarios para todos los gustos.
Pasamos después al Claustro
de la Araucaria, donde nos sirven suculentos aperitivos regados con vinos
deliciosos que animan el encuentro, los abrazos, las risas, los comentarios,
los elogios de unos a otros…El anciano y venerable árbol, cabizbajo en su
rincón, ajeno a la algazara circundante, aún parece más solitario y desvalido.
La comida, en el Salón Narcea, fue memorable. El pote, o potaje, como siempre dijimos los
aborígenes del Valle de Rengos, estaba exquisito y a los menos capaces (en mi
mesa, solo yo) nos dejo incapacitados para atacar el segundo plato, aquella
rosada ternera canguesa que decía ¡comedme! El postre, inefable, chocolate y
mandarina, la perfección hecha dulce helado.
Durante el café y los licores volvió a intervenir Pepe, el
tesorero, en nombre de Cuervo y en el suyo propio, haciéndonos saber que La
Asociación nada en la abundancia (¡qué no se entere Montoro, por favor!) y
prueba de ello y de la generosidad de sus miembros son los tentadores regalos
que los agraciados en los sorteos disfrutarán.
Nuevamente interviene el P. Cosmen, que estaba pletórico viendo a
sus antiguos alumnos reunidos. Jacobo, un animoso exdominico, propone
soluciones para la escandalosa abundancia de que goza La Asociación, sugiriendo
que se reparta entre sus compañeros de mesa que son, a su juicio, los más
pobres. Dimas, el buen cantor, anima
la sobremesa con canciones de la tierra que los demás coreamos en la medida de
nuestras posibilidades y, para dejarle tomar resuello, nuevamente interviene Jacobo
con unos chistes que arrancan sonoras carcajadas.
Y, como si tal cosa…son casi las 7 de la tarde.
No se debe empañar un festejo como el de ayer con despedidas y
adioses. Solo debemos desear que muy pronto se celebre otro y que en éste no
lamentemos ninguna ausencia, ninguna.
Gracias a todos por todo. Un abrazo fortísimo para todos y cada
uno.
MGM
ENCUENTRO ANUAL EXALUMNOS, CORIAS 2017
Como viene siendo costumbre cada año, ayer día 30 último sábado
de septiembre, nos hemos reunido setenta y tantos exalumnos de Corias en el Parador Nacional Monasterio de Corias, para celebrar el Encuentro General Anual,
Corias 2017. Dicho grupo estuvo constituido por antiguos profesores con el
Padre Basilio a la cabeza que, aparte de ser cangués y muy querido por todos, fue director
y profesor de este centro durante muchos años y los antiguos alumnos con sus esposas,
de lo que fue el extinto Instituto Laboral San Juan Bautista de Corias.
También se suele dar el caso de la asistencia de personas que,
sin haber sido alumnos de este colegio, tanto de forma personal como parental,
siguen siendo entusiastas del monasterio y de todo lo que supuso y representó para la zona el Convento de Corias, durante sus años como centro docente señero que
fue para todo el occidente asturiano. Tal
es el caso de Gloria Martínez Merino que nos ha acompañado de forma entusiasta y que ha
disfrutado y tomado nota detallada de todos los actos como cualquiera de los exalumnos
más apegados al centro. La misa fue celebrada por el Padre Basilio de forma personalizada
y entrañable como suele ser habitual en él, y recordando en las oraciones a todos los
compañeros y profesores ya fallecidos.
El rico menú fue degustado en el amplio salón Río Narcea,
espacio que ya estuvo dedicado a refectorio en los años del internado, pero
ahora totalmente transformado y decorado al estilo propio de Paradores
Nacionales.
Entre las ausencias este año hubo una más notoria pues, será la primera vez que no asiste nuestro
presidente de la asociación de antiguos alumnos de Corias, ADEACO, José Manuel Cuervo, que no pudo acudir por coincidir
la fecha con otras ocupaciones familiares ineludibles y fuera del país. De todos modos,
ha enviado una nota como justificación de su ausencia y uniéndose al acto en la
distancia con el mismo afecto y cariño de siempre. La presentación del acto la
ha llevado a cabo en todo momento su mozo de espadas, Pepe el tesorero, que lo ha
hecho perfectamente, lo mismo que viene
afrontando desde hace varios años los quehaceres propios en el desempeño de la custodia de los dineros de la
asociación. A la sobremesa hubo cánticos regionales, por parte Dimas y su
comparsa como cada año y también se contaron chistes, concretamente uno, el del
paraguas del cura, hizo mucha gracia entre los asistentes, ya que estaba
relacionado con el sexto mandamiento y, curiosamente, quien lo interpretaba es
un exdominico.
Un año más hemos cumplido de forma entrañable y muy
satisfactoria el deber de mantener en pie entre todos nosotros y los nuestros, este
sentir especial, un tanto inexplicable, hacia
todo lo relacionado con el antiguo colegio y que el fallecido y añorado Pepe
Morán decía que no era otra cosa que: el
“espíritu cauriense”.
¡Salud para todos y hasta el próximo año!
B. G. G. bloguero “Prior”
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