Estaréis de acuerdo conmigo en que en estos tiempos que corren, hasta las personas mayores estamos rodeados, y a veces saturados, de tener tantos enredos informáticos a nuestro alrededor.
jueves, 1 de febrero de 2018
REALIDAD VIRTUAL
Estaréis de acuerdo conmigo en que en estos tiempos que corren, hasta las personas mayores estamos rodeados, y a veces saturados, de tener tantos enredos informáticos a nuestro alrededor.
El caso es que, para llegar a este estado de hartazgo electrónico, nosotros mismos somos los culpables pues a
veces protestamos, pero nos dejamos llevar por los gustos de la juventud y por los medios propagandísticos de prensa, radio y
televisión que nos los meten hasta por los ojos. No obstante, conviene tener en cuenta que aparte de la comodidad y distracción que nos reportan, hoy en día para estar un poco al tanto de las nuevas
tecnologías y para no quedarse descatalogado y descolgado antes de tiempo, forzosamente tienes que identificarte
con el mundo cibernético, porque si no es así, es como si no existieras.
Pero claro, como lo virtual ni se toca ni
se palpa, a muchos nos pasa lo mismo que a santo Tomás,
que si no metemos el dedo en la llaga no creemos, por eso no
nos convencen del todo, este tipo de entelequias. No obstante, los grandes vendedores siempre están al acecho, buscando formas atractivas capaces de captar la atención del cliente, hasta
la de los más escépticos, para lograr hacernos cada día que pasa más dependientes de las nuevas tecnologías.
Tal es el caso de la venta por internet,
protagonizada por comerciales de ámbito mundial, como es el caso de AMAZON, cuya firma es capaz de proveernos de todo lo que
necesitemos mediante una simple operación de teléfono móvil, y sin tener que movernos de nuestra casa. De ahí que pocos lugares habrá en el mundo,
por remotos que estos sean, que no haya
llegado algún paquete con remite de esta gigantesca firma comercial de venta
electrónica. Concretamente, en mi
pueblo, Posada de Rengos, en Asturias,
raro será el día que no se haga
alguna entrega de mercancías procedentes de Amazon.
Y lo curioso del caso es
que, a pesar de ser un lugar distante de la capital y de los nudos centrales de reparto, con precarias carreteras, se
desplaza un transporte especial para la entrega de estos ridículos pedidos, cuyo valor puede no superar los 5 euros. Es increíble
cómo pueden permitirse esto. De todos modos, viendo el éxito que está cobrando la venta electrónica, me está entrando cierta curiosidad contable por saber cómo se
las apañan estos magos de las ventas, para
que les resulte rentable la venta y entrega de insignificantes mercancías en
lugares tan apartados.
Pienso que utilizarán la técnica del humorista José
Mota: “las que entran por las que salen”. Bromas aparte, comprobado el éxito que están tomando
todo este tipo de operaciones virtuales, yo también desearía encontrar una técnica similar para la práctica
del ejercicio físico obligatorio, pero para realizarlo no en el suelo, sino en la nube, sin tener
que rebajar el nivel de colesterol a base
de pedalear como un poseso hasta la extenuación, por caminos pedregosos de
tierra y grava, o por carreteruchas de quinta categoría.
En realidad, a lo que yo aspiro confiando en los avances diarios de la ingeniería cibernética, es poder practicar deporte cómodamente
desde la butaca de mi mesa de trabajo, de forma placentera y sosegada, aunque hubiera que calificarla de ficticia, eso no me importaría lo más
mínimo. Es más, la foto que ilustra esta reflexión, ya me está aportando
las primeras pistas sobre el asunto, porque veo que se aproxima bastante a la
utopía que yo pretendo conseguir, que no es otra que la realidad virtual.
B. G. G. bloguero “Prior”
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3 comentarios:
Mientras otros vagueamos, Galán oportuno como siempre, rompe la atonía actual del blog con esta original reflexión sobre las nuevas tecnologías.
Es cierto que sorprende el empeño de Amazon y otras plataformas de venta “on line” por llevar mínimas adquisiciones a lugares remotos, un negocio aparentemente ruinoso. Quizá una parte de la explicación está en la que él apunta, “las que entran por las que salen” también en la publicidad, siempre costosa, para extender sus redes hasta el último rincón. Otra buena parte, me temo, es que con la precariedad laboral actual no pocos de esos repartidores están solo un poco mejor que los ingenieros agrícolas que el Duque de Alba pretendía contratar como becarios para rediseñar los jardines del Palacio de las Dueñas…sin pagarles nada.
Es evidente que las nuevas tecnologías resultan de mucha utilidad, a través de ellas podemos comunicarnos con agilidad, resolver engorrosos trámites sin movernos de casa y muchas otras cosas. Sería maravilloso que dieran ese salto adelante y solucionaran otras cuestiones, como el colesterol que apunta Galán, sin necesidad de esfuerzo físico o sacrificios con las dietas.Pero en lo que seguro todos estamos de acuerdo es que una caricia virtual nunca será igual que una caricia real.
No tardaremos Galán, no tardaremos. Nos sentaremos en el sofá, cómodamente, y unos ejercicios mentales será suficiente para suplir largas caminatas o paseos en bici. Después nos tomaremos unas pequeñas píldoras, en lugar del pote o del cachopo de turno, y a dormir la siesta.
Posiblemente no tendrán que desplazarse a trabajar; desde su casa realizarán toda clase de tareas y trámites con lo que la contaminación se reducirá considerablemente. Ya estamos viendo que en alguna comunidad, parte de la jornada la pueden realizar desde su casa, completando así el horario establecido. Pregunto si los gastos ocasionados, por este trabajo, fuera del lugar habitual, corren a cuenta del trabajador o del empresario: luz, teléfono, calefacción, etc,etc.. En caso de accidente, cómo se considera: doméstico o de trabajo?. Por supuesto que no habrá accidentes de itinerario, ni gastos por desplazamiento, vamos un negocio redondo.
Ahora me voy a referir a un tema que se me había olvidado, bueno no exactamente, lo tenía un tanto aparcado en espera del momento oportuno.
Se trata de una carta “personal” que recibí de Nª Sª de Fátima en la que me anuncia la subida de la pensión en un 0,25 %, además del agradecimiento por el esfuerzo realizado para superar la crisis.
La verdad es que un 0,25 es un incremento muy importante, lo malo es que no me llega ni para pagar el aumento de la factura de teléfono que en menos de un año fue de 10 Euros AL MES.
No acabo de entender que siempre se culpabilice a los salarios del incremento del coste de la vida cuando estamos viendo, que los salarios, no sólo no han subido si no que, en muchos casos, la mayoría, han bajado considerablemente.
Me gustaría saber por qué me suben el teléfono, la luz, el gas, el seguro del coche y la barra de pan a Maribel.
Además ese 0,25 está afectado por el IRPF con lo que se queda en un 0,20 que no llega ni para comprar el periódico por semana.
No se le olvida, como no podía ser de otra forma, a esta buena señora, la cantidad de puestos de trabajo que han creado en los últimos años, sin entrar en detalles sobre la calidad de los mismos, como tampoco dice nada de los casos de corrupción que afectan principalmente a los grandes partidos. Seguro que este fallo se debe a un error de imprenta porque es imposible que se le haya olvidado.
No se puede estar en todo.
HAXA SALÚ.
Benjamín, si llega el deporte virtual yo sería una de las primeras en practicarlo, porque el otro… no es lo mío. Aunque veo esos aparatos anunciados en TV que sentado en la butaca puedes mover las piernas, más bien te las mueve; y ni siquiera me planteo si funcionarán bien o no. Además como bien dice Ulpiano, una caricia nunca será igual virtual que real y a eso le pasará lo mismo.
En cuanto a las compras por Internet, para ciertas cosas está muy bien. Sobre todo para los que vivimos en los pueblos. Yo no es que compre demasiadas cosas, pero alguna sí. Como ejemplo, hace unos tres años teníamos casi recién comprado un juego de maletas de una marca buena –dentro de lo normal- , y al comprarlas cogimos tres de diferentes tamaños que era lo que solía hacerse antes. Pasados dos años o algo menos, decidimos que lo mejor era llevar dos iguales del tamaño mediano, así llevábamos una cada uno con el peso repartido, pero nos encontramos con que en los grandes almacenes donde las habíamos comprado, no había existencias en aquel momento del modelo, tamaño y color que necesitábamos. Miramos en Oviedo en otros sitios y nada. Como íbamos a hacer un viaje próximamente miré y la encontré rápidamente en una empresa de Huesca. Hice la transferencia del importe a la una de la tarde y al día siguiente a las doce de la mañana la tenía en casa. Me pareció una cosa buenísima, pues te ahorras el cargar con ella.
Samuel, la carta de Nuestra Sra. de Fátima, como tú dices, ni siquiera la leí. Así que no vi todo lo que me agradecía. Sólo me fijé en la subida, que como todos sabemos es…
Por cierto, deduzco de lo que dices que no subieron el pan en todas partes. Aquí nosotros compramos una barra que costaba noventa y cinco céntimos, y el día uno de enero pasó a costar un euro.
Otra cosa, yo el deporte virtual lo aprovecharía, pero el comer pote, cachopo, postres y otras ricas comidas, no lo cambio por tomar unas pastillas.
A ti no se te despista nada. Esto lo digo por pensar en quién asumirá los gastos de trabajar en casa.
Bueno, pues entre ayer y hoy ya vencí mi pereza para escribir en el blog.
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